De Europa hasta su mesa...

En un principio había pensado contar uno de mis encuentros con un individuo extranjero, aunque decidí dejarlo para más adelante ya que en M.A.C.H.O.T.E.S. justo habían tratado un tema similar, pero a raíz de uno de mis comentarios Quiltro me insitó a explicar por qué me gustan los alemanes.
Primero, no es que me gusten especialmente los alemanes, siento gran atracción por los extranjeros en general (no a la discriminación).
Todo partío en mi casa, mi abuela era polaca y mi abuelo mexicano. Luego, mi época escolar transcurrió en un colegio que, sin ser gran colegio, estaba lleno de extranjeros; argentinos, cubanos, brasileños, ecuatorianos, hasta chinos. Siempre me sentí atraída por ellos, no (siempre) con un interés afectivo de por medio, sólo era entretenido que me contaran sobre sus respectivos lugares de origen.
(Nota al margen: no había cosa más linda que ver a las chinitas de 1ero y 2do básico vestidas de chinas -huasas- en septiembre)
Ahora de vieja, dos cosas me han llevado a hablar más con extranjeros que con chilenos; que mis gustos de música irish innevitablemente me llevan a comunidades extranjeras, y que todos los chilenos que me he topado, al menos en internet, así como para una "conversación casual" son una lata.
En la vida real los alemanes me persiguen. Gringo que me encuentro resulta ser alemán, es como una especie de karma. Hasta mis amigos se ríen del asunto. De hecho para mi cumpleaños el regalo más aplaudido fue un diccionario español-alemán.
Este año ha sido especialmente internacional. En febrero me invitaron a una cena con un cantante irlandes que me encanta (así como la version folk de Bono), su esposa japonesa, dos niñas irlandesas, una francesa y tres chilenos. Parecía reunión de la ONU.
Ultimamente he salido un par de veces con un sujeto francés (por favor inserte baba aquí). Y me preguntó si no me molestaría que en nuestra próxima salida invitara a un amigo alemán que acaba de llegar a Chile. Lo que pasa es que el quiere conocer gente y no habla español (molestarme? yo!? o sea dos tipos estupendos, extranjeros y yo? Todo sea por la paz mundial y las relaciones internacionales!)
Que divertido! al final resulta que soy más del gusto de europeos que de chilenos.. Me he preguntado varias veces ¿qué cresta sigo haciendo aquí?
Pero hablando en serio, ¿Por qué tanta fascinación por los extranjeros? De verdad que no lo sé. ¿Será solo un fetiche, o es que la sangre tira?.


Moro.-

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El baile de los que sobran...

Como siempre salgo sola, uno de mis grandes temores es hacer el mar tercio. Es que acaso hay algo peor que hacer las veces de violinista? Saber, o sentir, que estás interrumpiendo algo y que tus amigos no quieren decirte que estorbas pero tu lo intuyes. Atroz.
Cómo han de imaginar mi siguiente anécdota trata más o menos de eso.
Estaba yo en el cumpleaños de la polola de un amigo y todos los invitados eran conocidos míos, la raja. Comimos rico, conversé de la vida con todo el mundo y cuando llegó el amigo que se las daba de DJ, jugoseamos bailando todos esos éxitos noventeros que se han convertido en nuestros placeres culpables. La Bouche, Backstreet Boys, Spice Girls.. (todas haciendo la coreografía de wannabe), y cuanta ridiculez se le ocurrió poner, y los hombres sorprendiéndonos con los mejores pasos de 'N Sync, esos que en su época nunca aceptaron que les gustaba. Si hasta axe bailamos!! Pero cuando el infaltable rito de antaño, ese tan esperado y tan temido "lento", ese en que todos salen a bailar al mismo tiempo, en ese momento, me fui a la cresta.
No había cachado que yo era la única que andaba sola. Siete parejas y yo. Me sentí tan patética cuando la última pareja se puso de pie. Y yo ahí sentada junto al computador mirándolos con cara de "este sería un muy buen momento para ir al baño". Pero antes de que lograra poner mi plan de escape en marcha, una de las niñas se dió cuenta que yo estaba sola y le dijo a su pololo, y este a la pareja de al lado y cinco segundos después estaban todos alrededor mío abrazándome. Y ahí descubrí que sí, efectivamente se podía ser más patética aún.
De haber sabido podía haber invitado a algún amigo, o a una amiga por último si el asunto era tener alguien con quien sentarme a conversar.


Moro.-

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Un arma de doble filo...

Hace algún tiempo hablaba con un amigo acerca de videojuegos (Sí, me gustan bastante pero no juego muy seguido porque descubrí que soy ADICTA, por lo que opté por prescindir de ellos). En algún momento de la conversación me preguntó qué estaba jugando ahora. Yo ingenuamente le nombré el juego, y me soltó un discurso de que ese juego era para niñas. 'Pero si soy niña, po' dije. 'No' dijo 'tu eres mi amigo, mi compadre!' Y no supe si reirme o pegarle. O sea MIRAME! No creo que la biología haya cambiado tanto desde que yo salí del colegio, o si la que ha cambiado soy yo, pero hasta la última vez que chequeé yo seguía siendo mujer. Cómo tanto? Una vez superado el shock, y seriamente preocupada por aquella declaración,me dispuse a hacer un sondeo entre mis amigos. Tomé a sujetos estratégicos dentro de cada grupo, les conté la historia y las respuestas generales fueron:

1.- Que yo era demasiado buena amiga y que era muy fácil entrar en confianza conmigo. Está bien admito que en general tengo mas feeling con los hombres que con las mujeres, y dentro de esta confianza ellos hablan como si yo fuera uno mas del montón. de hecho hay cosas que he oido y visto que realmente ameritaban haberme arrancado los ojos con una cuchara caliente.

2.- Que no era tan mina para mis cosas. Si, es cierto, no soy el prototipo de 'mina' nunca llevo en mi cartera nada de lo que debería. Tampoco soy muy delicada. Hace tiempo que asumí el papel de "hombre de la casa" (entiéndase todo tipo de trabajos pesados y/o sucios). De acuerdo, no soy un ejemplo de femineidad. Culpable.

3.-Que el cabro era simplemente 'especial'.
Hay pruebas suficientes que indicarían esta respuesta como la más acertada.

En el cumpleaños de una amiga me di cuenta, estabamos en una mesa te club y de a poco las mujeres se acomodaron en un extremo de la mesa copuchenteando y cosas varias, y tan solo un par de horas despues yo estaba rodeada de hombres, (no me quejo, sería estúpida) pero siempre me pasa. Siempre soy la única mina. Y ahí estabamos, yo robándoles cerveza mientras ellos me explicaban los detalles de sus primeras experiencias sexuales (me hubiera encantado decir que estaba ebria y que no recuerdo lo que dijeron, pero lamentablemente no estaba ebria y lo recuerdo TODO. (De hecho creo que las pesadillas continuaron por varios días). Lo más gracioso es que al 90% de ellos los venía recién conociendo. ¿Eso significa que el efecto es imediato?

Igual no me quejo, este 'don' me ha permitido adentrarme en los 'grandes secretos masculinos', soy casi una privilegiada. Mis amigos son super buenos amigos y como que me han situado en una categoría intermedia entre la amiga y el amigo, lo que me da ciertas ventajas.

Moro.-

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